Porno en la Universidad: Así si.


Para acabar de una vez con la estampa de alumnos bebidos y tirados por el césped del campus, para evitar que los pobres chicos acaben con sus neuronas hechas polvo, la Universidad de Maryland decidió ofrecer una alternativa al alcohol que, por cierto, debe ser de las más inteligentes que algunos hemos visto en años.

Sí, convencidos de que un vicio con otro se quita, los responsables de ese templo del saber decidieron programar en el teatro de la Universidad el peliculón Pirates II: Stagnetti’s Revenge. O lo que es lo mismo: la más costosa película porno hasta la fecha (10.000.000 de dólares). Una joya del cine erótico que muestra cómo las gasta una pizpireta heroína junto a varias piratuelas cachondonas durante un total de dos horas y media.

Claro está, al pase multitudinario del film no se podía pasar con bebidas alcohólicas (no tenemos datos de si los kleenex había que llevárselos de casa o el acomodador los repartía) y aseguraba un buen rato de diversión no exento de cierto aprendizaje; pues los responsables de la proyección aseguraban que también adiestraría a los chavales en asuntos como el sexo seguro y la planificación familiar.

Lamentablemente las autoridades se enteraron de lo que iba a ocurrir y varios senadores amenazaron con “cortar el grifo” a la Universidad si tenía lugar la esperada proyección.

Por supuesto esto no ha sentado ni medio bien tampoco a los alumnos, que tendrán que conformarse con ver la película alquilada o bajada sin poder ver en pantalla grande una exhibición cinematográfica de poderío gimnástico, alucinantes anatomías y espectaculares gritos de pasión desbordada.

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